miércoles, 18 de mayo de 2011

SEGUNDO BORRADOR SOBRE LA MUERTE DE SÁBATO


Ahora sé que mi sueño de ir a conocer a Ernesto Sábato pasó de ser una fantasía remotamente realizable a ser un ejercicio puramente onírico. Quizás sea mejor así. Porque en las escenas que elabora mi imaginación, yo sí tengo el valor de ir a tocar el timbre de su casa, me atiende una señora que lo cuida y me permite pasar a verlo, puedo darle la mano durante unos pocos minutos, casi sin hablarnos. Soy una mancha borrosa para él, detrás de sus gruesos lentes de casi ciego, y él es una mancha borrosa para mí, detrás de un par de ojos mojados.

2 comentarios: