En mi casa no hay televisión ni internet.
Tampoco escucho radio, ni compro los diarios o las revistas. En cambio, tengo una red de amigos y
familiares que, amable y desinteresadamente, me filtran un poco las toneladas
de información basura que genera el mundo cada día. Me pasan las noticias más
importantes, las que son verdaderamente necesarias para tomar acción, partido, o
al menos consciencia.
Lo que me pregunto, y muy seriamente, es cómo hacen ellos para vivir sobre esa montaña de
sobre-información. Me parece tan antiséptico como vivir sobre una montaña de
basura física, de desperdicios tóxicos, químicos, tangibles, de pañales usados y latas oxidadas. Los dos tipos de
contaminación me preocupan en igual medida, me parecen igualmente perjudiciales;
tanto para el futuro del ser humano como para el ser humano del futuro.
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