miércoles, 23 de marzo de 2011

LOS VIEJOS NOSOTROS

Leyendo mails viejos intercambiados con mis amigos de siempre, me asusta un poco lo parecidos que seguimos siendo a aquellos que éramos hace seis o siete años. Igual que ahora, estábamos esperando un cambio, una revelación; algo que nos marcaría definitivamente, algo que nos llevaría a ser quienes debemos y queremos ser, algo que nos haría renacer, dejando nuestra antigua vida como una cáscara vacía, cuyo único propósito habría sido el de parir a los nuevos nosotros. Sabíamos que probablemente el cambio interno requeriría de algún estimulante externo: social, sexual, amoroso, filosófico, artístico, económico... ¡lo que fuera!

Pero no hubo revolución, no hubo estallido. En los últimos seis o siete años solamente hubieron pequeñas correcciones de rumbo, y ni siquiera la suma de todas esas correcciones daría como resultado un cambio de dirección drástico. La efervescencia que tanto anhelábamos acabó siendo una aburrida erosión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario